Creérnosla

The London Aquatics Centre during its unveiling in July 2011 by Ben Sutherland. In Wikimedia Commons, Creative Commons (Attribution 2.0 Generic, CC BY 2.0).

Abstract: Bolivia has never won an olimpic medal, not even one since 1936. It is then logical to ask ourselves why. Have we got no talent? Is it the ill famed altitude? Is it because we are a poor country? The obvious answer seems to be that since there are no state policies designed to support and encourage sports it is very hard to find the appropiate facilities to train the talents we might have. However talking to an olimpic athlete like Fadrique Iglesias it is clear that our gaze on things needs to take a wider range because it appears like it is all in our hands.

No es un misterio para nadie, ni es difícil adivinar, que en Bolivia las condiciones para practicar un deporte olímpico, o cualquier otro, dependen totalmente de uno y un medio social restringido. Es decir, el Estado boliviano, tanto como el Comité Olímpico, no tienen casi ninguna participación en la formación de atletas, nadadores, ciclistas, por nombrar algunas de las disciplinas que vemos más activas.

Entonces, no siendo misterio preferí consultar con la experiencia olímpica que con los comentarios de gente que, como yo, no se ha dedicado lo más posible a obtener una marca personal, llegar y rebasar la marca nacional o aspirar a una clasificación o invitación para participar en los míticos Juegos Olímpicos cada 4 años. Consulto con Fadrique Iglesias, atleta boliviano que participó en las Olimpiadas de Atenas y de Beijing y quien además, escribe sobre el deporte en Bolivia de forma regular en su blog El clavo en el zapato.

A partir de su blog y “conversaciones” de Skype y Twitter, Fadrique plantea algo que ya no es tan obvio para nosotros, los que nos indignamos con las sospechas de corrupción del Comité Olímpico Boliviano o la inoperancia de las instancias estatales deportivas como única causa del eterno cero en el medallero olímpico nacional. Cultura deportiva, eso nos falta, tanto como el financiamiento y la infraestructura, nos falta formar niños en deportes e ir a ver las competencias, mejor cobertura de los  medios. Me pregunto cuántos bolivianos saben dónde están las pistas de entrenamiento, las piscinas reglamentarias o las canchas de volley en sus ciudades o… dónde es que entrenan los marchistas.

Pues eso, nos falta participar, desde practicar una disciplina hasta aplaudirla en vivo y si se puede, como algunas empresas privadas, diferentes instituciones o mecenas anónimos, aportar económicamente o con nuestro tiempo. Es decir, la situación del deporte nacional es tal que cualquier forma de participación y aporte no sólo es bienvenida sino necesaria e imprescindible para poder empujar políticas estatales que finalmente aporten la estructura institucional necesaria para gestionar infraestructura y formación.

Fadrique en su blog propone claramente dedicarse a hacer un plan de ejecución a largo plazo que funcione como fomento. Lo que se invierte con gran escándalo en fútbol podría también dividirse en muchos otros deportes. Pero no solamente en infraestructura como pensamos la mayoría de los bolivianos, sino en pagarles a los entrenadores un sueldo que les permita mantenerse como entrenadores y no verse obligados a buscar una profesión que les permita recibir un mejor sueldo y que entonces perdamos a los mejores entrenadores a la batalla de la supervivencia diaria. Esto es lo nuevo para nosotros, invertir en los entrenadores y no sólo en los deportistas ni en las canchas… lo que hace evidente que no sólo el público en general sino los responsables de este desarrollo, no estamos escuchando ni prestando atención a las propuestas concretas para estimular el deporte en Bolivia. Sí lo hace Fadrique, atleta y gestor, o sea, lo que necesitamos.

La meta es que Bolivia entre en la lista de países ricos y pobres que ya han obtenido alguna medalla. Por ahora nuestra participación, la de los 5 deportistas que fueron a Londres, ha sido sido “una destacadísima participación, respecto de sus posibilidades y no se puede pedir más por ahora”.