Riqueza debajo de la tierra, pobreza por encima
Abstract: Is our mineral richness a curse? We have not been able to convert this wealth into economic and social growth and problems keep popping up all over the country, no matter the government, the laws or the companies working there. Bolivia’s mining history is not very different from its mining present. Since colonial times, when the Cerro Rico of Potosí bled silver all the way to Spain, tin, zinc, gold, iron, wolfram, lithium, any mineral, we have them all. However, we do not seem to know what to do with them or how to transform this wealth into development and industries.
For two centuries Bolivian governments have nationalized or capitalized the mines, going from private to state hands constantly, in order to obtain the most profit out of them. Twice mines have been nationalized and one capitalized, either way our governments, miners or the general population are not satisfied with the outcome. How can we be so rich and at the same time so incapable of profiting from our natural resources? Is Collier thesis really accurate?
La historia de la extracción
Bolivia es uno de los países más ricos en recursos naturales, especialmente en gas y minerales. Algunos lugares estratégicos, como el Cerro Rico de Potosí cuya riqueza en plata y zinc es incalculable, se explotan desde tiempos prehispánicos. Con la llegada de los españoles, sin embargo, la explotación de oro y plata se estableció en diversas regiones.
Bolivia se fundó en 1825 tras quince devastadores años de guerra. Las minas habían sido abandonadas o inundadas para evitar su explotación durante la guerra. A Bolivia le tomó aproximadamente cincuenta años lograr recuperar las minas más importantes. Este proceso fue llevado adelante por poderosos empresarios y comerciantes (los llamados “Barones del Estaño”: Simón I. Patiño, Mauricio Hochschild, Carlos V. Aramayo). Sus riquezas fueron tales que controlaron el gobierno central por aproximadamente un siglo.
En 1952 triunfó la Revolución Nacional y procedió a la nacionalización de la minería, de los yacimientos petrolíferos y la Reforma Agraria. Cuarenta años después, en proceso inverso, la minería y los yacimientos petrolíferos fueron objeto de capitalización en la década de los 90 pasando de nuevo a manos privadas.
El gobierno de Evo Morales a los pocos meses de iniciar su primera gestión en 2006 empezó con la nacionalización de los hidrocarburos para que éstos pasaran una vez más a ser administrados por la estatal YPFB. En cuanto a las minas, éstas han sido nacionalizadas a lo largo de estos seis años de forma paulatina y en la medida que las condiciones para los trabajadores mineros eran favorables.
Mejores precios y mayores conflictos
Los últimos años el sostenido aumento de los precios de los minerales ha estimulado la economía de forma extraordinaria. Los precios de venta han subido de tal forma que el Estado recibe grandes flujos de dinero con los que subvenciona los bonos de asistencia a la maternidad (Juana Azurduy de Padilla), a los habitantes mayores de 60 años (Renta Dignidad) y a los estudiantes de ciclos primarios (Bono Juancito Pinto) para evitar la deserción escolar.
El efecto que menciona Collier en su teoría en torno a la trampa que implica la abundancia en recursos naturales que resulta, aparentemente de forma inevitable, en subdesarrollo. Collier menciona que los gobiernos de países con grandes recursos naturales tienden a bajar el valor de los impuestos, generando así una conformidad general en la población y anulando cualquier forma de oposición política. Si bien en Bolivia los impuestos no han descendido, sí se ha reactivado la economía por los precios internacionales y la inyección automática de dinero a la economía a través de los bonos.
Por el otro lado el alza en los precios de los minerales han contribuido al enriquecimiento tanto del Estado como de las empresas administradoras o arrendatarias de minas lo que ha generado más de un conflicto puesto que los mineros miembros de cooperativas, o independientes, buscan constantemente la forma de explotar las minas de forma ilegal para poder vender el mineral directamente y obtener toda la riqueza del mismo, sin intermediarios. Esto genera el conflicto actual en Bolivia: el avasallamiento de minas y la migración de mineros peruanos a minas bolivianas ya que en territorio boliviano la minería es tierra de nadie, donde no parecen regir las leyes.
Así, a pesar de los siglos de experiencia y las grandes posibilidades de beneficiar a toda la población con esta riqueza, los conflictos siguen aumentando y alimentan la inestabilidad política de Bolivia.
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