Tratados comerciales con socios diferentes: la opción de Sudamérica
Abstract: Some Latin American countries are finally seeing certain economic stability. The expectations for the future of these countries are optimistic. Part of the success could be a strategy practiced by the most important economies in South America: trade agreements among themselves. Many of them share the interest of improving migratory and commercial relations with their neighbors. New stars are rising – Chile, Colombia, Mexico and Peru – while Brazil continues to strive for an important position among the BRICS countries.
A pesar de la crisis económica del 2008, que golpeó y desestabilizó las economías de diferentes países, en Latinoamérica el impacto no fue tan duro como se esperaba. Muchos analistas coincidieron en pensar que, debido a la casi siempre apretada situación de pobreza y crisis generalizadas, los países latinoamericanos estaban mejor preparados para enfrentar la emergencia mundial.
Es paradójico que en medio de lo que los habitantes perciben como una crisis permanente y en aumento, los datos estadísticos afirman que varios países de Latinoamérica están logrando no sólo estabilidad sino un discreto pero sustentado crecimiento económico que tiene buenas perspectivas de futuro.
Brasil fue el primer país que dio la sorpresa. En el 2010 su Producto Interno Bruto (PIB) creció en un 7,5%. Su ascenso económico lo colocó en una situación de estudio y observación por diversos economistas y analistas. Junto con Rusia, India y China conformó lo que se ha conocido como los países BRIC, países con alta densidad de población, enorme territorio y altas cifras de crecimiento del PIB, lo que los convierte en lugares atractivos para hacer inversiones.
Pero la economía brasileña parece haberse estancado. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el PIB creció apenas 0,6% en el primer trimestre de este año 2013, cifra menor a las previsiones del gobierno.
Si bien la inversión china en la región está compitiendo contra los productos brasileños, una estrategia de sobrevivencia económica regional parece también estar limitando el crecimiento de Brasil. Varios países de Sur América han firmado toda una serie de convenios y acuerdos comerciales que permiten, no sólo la exportación de sus productos a aranceles más cómodos, sino también permisos migratorios para que sus nacionales puedan viajar a países vecinos sin visa.
Entre los principales tratados firmados por países del sur están la Alianza del Pacífico, Mercado Común del Sur (Mercosur), Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), Comunidad Andina de Naciones (CAN), Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), entre otros.
Aunque no todos estos convenios y tratados funcionan de manera óptima y armoniosa, han logrado crear corredores comerciales y de inversión en países vecinos, con ventajas competitivas y menos rigidez en las negociaciones. Es posible que algunos países hayan sabido sacar mayor ventaja de estos convenios que otros.
Bolivia ha visto en estos tratados regionales una alternativa ante su negativa absoluta de firmar convenios con países como los Estados Unidos o la Unión Europea. Bolivia cree que comerciar con ellos pondría en desventaja a sus productores locales y ha preferido, en algunos casos, estatizar industrias antes de permitir que ciertas áreas tradicionales de producción, al cerrarse, fuercen a la importación de bienes foráneos.
Chile, Colombia, México y Perú, firmantes recientes de la Alianza del Pacífico, se perfilan como las economías emergentes y son, hoy por hoy, los lugares más mencionados por los inversionistas. “Si se los pone juntos, los cuatro países de la alianza forman la novena economía más grande del mundo, con alrededor de 2,7% del PIB mundial”, dice Juan Eduardo Errázuriz, un empresario chileno. “Representan la mitad de todo el comercio de América Latina con el resto del mundo”, agrega.
La alianza firmada recientemente resulta atractiva también para otros países como Costa Rica y Panamá, que quieren unirse a ella. Canadá, Japón, Nueva Zelanda y Uruguay han solicitado obtener el estatus de observador. España también está interesada en participar.
La Alianza permite ventajas que prometen incrementar las cifras de exportaciones y del PIB de cada uno de los países. Así es que las condiciones para ver mejorías en las economías locales, o por lo menos, un estado de estabilidad, son reales. Y para un continente que ha visto su economía trastabillar en más de una ocasión, esa opción es algo que se agradece.
(Los siguientes infográficos fueron tomados del Twitter oficial de la Alianza del Pacífico, @A_delPacifico).
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