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Democracia y Madre Tierra para Vivir Bien

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Amazonía
Amazonía

Amazonía por Andre Deak vía Flickr Attribution 2.0 Generic (CC BY 2.0)

Abstract: On October 15th 2012 president Evo Morales  enacted the Law of Mother Earth and Integral Development to Live Well. The aim of the law is to protect natural resources, finding a balance between progress and preservation  and also to enable the development of diverse forms of production in Bolivian lands. However, the law is very vague at this point and the regulations are yet to be made. Only then will we be able to know how exactly such an ambitious aim can be achieved. Questions arise whether the State is capable of enforcing its own laws when in many cases it has contradicted itself substantially. How can the State define what it is to “live well”? Are we all going to agree with it? These are the questions, among many others, that the government has to face in order to accomplish its plans. Either way, as of now, this is the first law in the world that grants the earth rights that are protected by the law.

La democracia boliviana ha gestado, a través del gobierno de Evo Morales, la primera ley que le otorga derechos a la Madre Tierra. Promulgada el  15 de octubre de este año, la Ley de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien tiene como objetivo principal la paulatina transformación del modelo de producción vigente en Bolivia hacia un sistema plural en el cual puedan coexistir diferentes opciones productivas de acuerdo a las necesidades y tradiciones de cada pueblo o región. Muy específicamente, en el discurso de promulgación, el presidente Morales habló de detener la acumulación de riqueza y de lograr un desarrollo comprometido con la preservación de la naturaleza a través del reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra.

La ley busca proteger los recursos naturales, comprometer a los usuarios del suelo y sus recursos a restaurar su equilibrio constantemente y si no se hiciera, esto se considerará un delito imprescriptible. Esto incluye, por ejemplo, la utilización de semillas transgénicas o alteradas genéticamente para mejorar la producción, lo que ha causado resistencia en el sector del oriente que produce aceites y soya. Por otro lado, los líderes de la organización campesina indígena del altiplano, CONAMAQ, resaltaron su desacuerdo ante la ley por quedarse corta al momento de transformar de forma más profunda el sistema productivo ya que, desde su punto de vista, “no propone un cambio de las bases estructurales del sistema capitalista, ni una reconfiguración del Estado nación”.

Esta ley se presenta como un paso decisivo y vital para proponer una vía alternativa a las economías imperantes en el mundo. El proyecto de ley se trabajó con la colaboración de los movimientos indígenas y campesinos; sin embargo, éstos todavía no están satisfechos con el resultado final, como se mencionaba, ya que pareciera que la ley está destinada más a sancionar el abuso de la tierra que en estimular el uso apropiado de la misma.

A veinte días de su promulgación, la población casi ni se ha enterado del hecho y no han sido más que los campesinos y grandes agroindustriales los que se han manifestado. Esto se debe a que la ley es muy vaga y plantea principios que siendo valiosos no pueden evitar sonar a quimera. La reglamentación de la ley para normar su ejecución es lo que está pendiente y lo que sin lugar a dudas levantará olas en diversos sectores. Después de la crisis del  TIPNIS del año pasado, momento cuando comunidades indígenas de tierras bajas orientales caminaron hasta La Paz desde sus comunidades,  por más de dos meses, para garantizar la protección de su territorio de la construcción de una carretera que lo atraviese, el Estado ha mostrado una posición ambigua con respecto al medio ambiente.

Por un lado, Evo Morales se presenta como el mayor defensor de los recursos naturales a través de varios discursos y de la promulgación de leyes como la de la Madre Tierra. Sin embargo, cuando el medio ambiente, o cualquier grupo que actúe en su defensa, está en el camino de un proyecto de desarrollo, el gobierno no duda en “olvidar” su vocación conservacionista y se vuelve desarrollista y avasallador. Esto es lo que pasó con el TIPNIS: se aprobó una ley de intangibilidad del Parque Nacional que luego fue derogada meses después para llevar adelante el proyecto caminero estatal. Es por esto que la población ni siquiera se manifiesta por la promulgación de la ley porque el gobierno ha perdido la credibilidad en este tema.

Como si esto no fuera ya bastante complejo, la ley hace referencia también al “vivir bien”, conocido como el Suma Qamaña o el Sumak Kawsay para Ecuador. Aquí es donde la cuestión es más espinosa, ya que como ha señalado muy bien Pablo Stefanoni en un artículo de junio del presente año, lo que se entiende por “vivir bien” es bastante variado y muy difícil de definir como modelo de vida, sobre todo si “vivir bien” se asocia directamente con el buen vivir. Este se podría comprender como un resultado final del sistema capitalista de consumo, algo a lo que claramente el gobierno actual no apunta. Por supuesto esto está sujeto a interpretaciones y en ello precisamente radica la complejidad de la propuesta. ¿Quién y cómo van a poner los límites de lo que es “vivir bien”? De seguro nadie se opone, a menos que este “vivir bien” sea, una vez más, un programa para algunos pocos.

Es esperanzador tener un gobierno que tiene en la agenda como tema principal el pensar y actuar ante el cambio climático y las formas de producción; sin embargo, es duro ver al propio gobierno minar el camino que va sembrando en estas nuestras bendecidas tierras. Existen pocas probabilidades de que, por ejemplo, uno pueda denunciar a una fábrica por daños irreversibles a la Madre Tierra y que esto sea llevado a tribunales a ser sancionado por el incumplimiento de la ley. Esta es una de las contradicciones de nuestra democracia actual, entre una actitud activa hacia la defensa de la diversidad natural y productiva que no puede ejercerse del todo ya que el mismo Estado no es capaz de garantizar, mediante su sistema judicial, que se cumplan estas leyes pioneras.

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