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Empleo en Colombia: el arte de sobrevivir con creatividad

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Abstract:

If I had to describe the way Colombians deal with unemployment with one word, it would be creativity. Labor options in the country are far from meeting the population’s needs, while the government still tries to figure out whether to embrace development or economic growth. Bus-singing, car-watching, hole-filling are very acknowledged occupations in the country.

As an agrarian country, labor options are closely attached to weather conditions and international commodities prices of coffee, bananas and flowers. Others sectors as mining are often clandestine with very poor conditions for workers.

Si tuviera que describir con una palabra la manera cómo los colombianos afrontan la falta de empleo, esa palabra sería creatividad. Las opciones de trabajo en el país no satisfacen las necesidades de una población activa y productiva, por lo que muchos acuden al “rebusque” para garantizar su subsistencia. Esa creatividad no solamente consiste en identificar necesidades no satisfechas en la sociedad sino en encontrar una manera innovadora para satisfacerlas, como por ejemplo vender zapatos de manera ambulante.

Sea como forma de ocupación plena o como complementación a un empleo formal y mal pagado, son comunes en el país actividades como el menudeo, ventas callejeras y ambulantes de cuanta cosa se pueda necesitar; son reconocidas figuras los cantantes de buses, cuidadores de carros e incluso quienes tapan los huecos en las carreteras, quienes de moneda en moneda pagan el arriendo de una habitación.

Colombia es un país de aproximadamente 44 millones de personas. Según un informe del DANE el porcentaje de desempleo promedio durante el 2011 fue de 10.8%, una cifra alarmante considerando que el país tiene una percepción económica positiva, formando parte del grupo de los países con buenas perspectivas de crecimiento y desarrollo conocido por su acrónimo CIVETS.  Dentro de las actividades que concentran el mayor número de ocupados están el comercio, los servicios -restaurantes y hoteles- y el sector independiente (26,4%). El nivel de subempleo es de 11.9 %. La situación se torna más dramática cuando se observa con mayor detenimiento algunas ciudades, como Quibdó, con una tasa de desempleo 18,6% que junto con Popayán e Ibagué son las ciudades con mayor índice de desempleo en el país. Ibagué, sin embargo, ha logrado salir del primer lugar que ostentó por mucho tiempo gracias al involucramiento del gobierno municipal, que otorgó estímulos tributarios por 10 años a las empresas creadas entre 2009 y 2013 que promuevan empleos[1].

Colombia, -como bien lo señala Juan Arellano para Perú– no es la excepción en Latinoamérica: el sector informal y la falta de empleo están estrechamente relacionados, logrando que en el país exista una economía dual, con algunos sectores de la población comprando en grandes supermercados y centros comerciales y otros viviendo el día a día, fiándose en la tienda del barrio la comida de hoy… mañana quien sabe.

Los colombianos ven el trabajo como una bendición, como si no existiera un trabajo malo; están dispuestos a ocuparse en cualquier tarea. Tal vez esa sea una de las razones por las cuales su servicio es tan apreciado en países desarrollados. Un colombiano hace el trabajo que pocos quieren hacer, pero lo hace de buen modo. Pareciera que no existiese un trabajo indigno u ofensivo, lo cual me lleva a mencionar un lado no tan positivo de esta situación. Lamentablemente en Colombia la cultura de las mafias ha permeado todos los ámbitos de la sociedad, entre ellos, la noción del trabajo y la ocupación de importantes sectores de la población en actividades ilícitas como el narcotráfico, el fleteo, las vacunas por “servicios” de los grupos armados. Las empresas en ciudades o pueblos no compiten necesariamente con reglas de transparencia, son usuales las amenazas y asesinatos por intolerancia al competidor. A los ojos de quienes realizan estas actividades ilícitas puede perfectamente tratarse de un oficio u ocupación, de la satisfacción de una necesidad o de la prestación de un servicio por el cual reciben una remuneración, en otras palabras, un trabajo.

Colombia es un país agrícola, para generar fuentes de trabajo depende mucho de la oscilación de los precios internacionales de los commodities, así como del clima.  A su vez, es un territorio donde aun es evidente el legado de la colonia, los sectores productivos se especializaron por regiones de acuerdo a mandatos reales de la corona española, los monocultivos se mantienen hasta hoy. Esto influye en el empleo, se crea un lazo entre el trabajo y la región. El trabajo que realizan unos es el mismo que realizaron sus padres y sus abuelos y muy probablemente el que vayan a realizar sus hijos. Simplemente porque ésa es la labor que se requiere o porque simplemente es su única opción. Por ejemplo, la zona cafetera hace de la producción del café no solamente un referente económico, sino cultural del país. Los caficultores viajan por la región ofreciendo su mano de obra o servicio a las plantaciones de café y en época de cosecha hasta el sector educativo suspende sus actividades pues los estudiantes se ocupan en las haciendas y fincas en la recolección del grano. Lo mismo sucede en Urabá, una zona de cultivo de banano, o en la sabana con los cultivos de flores. La minería, muchas veces clandestina, pone en condiciones laborales infrahumanas a familias enteras. Las alternativas a involucrarse en esos sectores productivos son limitados, una opción es acceder a la educación y luego insertarse en el mercado laboral de profesionales, lo que generalmente hace que se queden en las ciudades y la oferta laboral es escasa; otra opción es migrar a otras zonas, o a las ciudades donde es muy probable que terminen dedicándose al rebusque.

Pese a la creatividad con la que el colombiano responde a la falta de empleo, la mayoría de la población sobrevive en condiciones precarias e inestables mientras el gobierno no se decide si se debe apostar a un mayor desarrollo o a un mayor crecimiento económico. El desempleo y la falta de oportunidades son sin duda problemas serios que aquejan al país.

(Fotos de la autora/Photos from the author)

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