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La riña entre el crecimiento económico y la riqueza natural en Centroamérica

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San Jorge

Abstract: A couple of Central American countries are about to build two grand projects, hoping this will guarantee the big economic impulse this region needs to emerge from poverty. Nicaragua plans to build an interoceanic canal across its territory. Guatemala on its side, plans to build a dry canal. Both expect to be competition for the Panama Canal. But can such a small region afford to have all these mega structures? How high will the costs be in terms of the destruction of natural areas?

 

San Jorge

Playa del Lago Cocibolca, tomada desde San Jorge, Nicaragua. ¿Destruirá esto el planeado canal interoceánico? (Foto de la autora).

 

El gobierno de Nicaragua busca estrategias de largo plazo para combatir la pobreza. Para ello se intenta revivir un antiguo sueño nacional: la construcción de un canal interoceánico.

Durante años, Nicaragua se ha mantenido, junto a Haití y Honduras, como uno de los países más pobres del continente americano. Según información del Banco Mundial, Nicaragua tuvo un crecimiento del 5.1% en el 2011, la tasa más alta en una década. Las cifras de crecimiento, en lo que va del siglo, colocan al país creciendo en promedio con Latinoamérica. Pero la pobreza continúa. Se estima que un 48% de la población vive en extrema pobreza (con un dólar o menos al día) y más de la mitad de la población sobrevive en situación de subempleo.

Para intentar revertir esto de manera profunda, Nicaragua aprobó en junio de este año la Ley 840, conocida como la “Ley del gran canal interoceánico”, que permitió al gobierno firmar un acuerdo con la HK Nicaragua Canal Development Group (HKND), propiedad del empresario chino Wan Jing, para la construcción de un canal interoceánico. El proyecto, valuado en 40,000 millones de dólares permite a HKND tener la concesión para el canal y además administrarlo durante 50 años, con opción a renovar la licencia por 50 años adicionales.

Entre las condiciones brindadas para la construcción del canal, el Estado nicaragüense garantizará al concesionario el “acceso y derecho de navegación en ríos, lagos, océanos y otros cuerpos de agua dentro de Nicaragua, y el derecho de extender, expandir, dragar, desviar o reducir tales cuerpos de agua”. Además renuncia demandar a los inversionistas en tribunales nacionales e internacionales por cualquier daño causado al ambiente durante el estudio, construcción y operación de proyecto. La empresa china anunció que planea iniciar la construcción del canal en diciembre del 2014 y terminarla en cinco años.

El proyecto causó rechazo inmediato en amplios sectores nicaragüenses, no sólo por las condiciones blandas que otorga el gobierno a la empresa china para realizar el proyecto sino porque la mencionada ley derogó el marco jurídico que protege el lago Cocibolca (conocido también como Gran Lago de Nicaragua), el más grande de América Central, sus cuencas y afluentes, considerado como “reserva nacional de agua potable, siendo del más elevado interés y prioridad nacional para la seguridad nacional” (sic). Esto afectará no sólo a miles de habitantes que ya dependen del lago para obtener agua potable, sino que también pondrá en tensión los recursos hídricos que se abastecen del mismo.

Otra de las fuertes críticas que ha sufrido este acuerdo es que no existen, hasta la fecha, estudios de factibilidad ni de impacto ambiental, por lo que se teme que los daños sobre el medio ambiente sean irreversibles. Ante ello, la HKND anunció que dos empresas consultoras, una de Bélgica y otra de Australia, se sumaban al proyecto para dar “asesoría y conocimientos especializados” a la empresa China Railway Construction Corporation, la encargada de realizar los estudios de factibilidad.

Pero incluso sin la existencia de estos estudios, Wan Jing se adelantó a anunciar una posible ruta para el canal, que partiría de la Isla El Venado, frente a la ciudad costeña de Bluefields, en el Atlántico, atravesando el país por la mitad, traspasando el Gran Lago y llegando al Océano Pacífico, para un recorrido de 274 kms., casi 200 más que el Canal de Panamá, cuyo recorrido es de 78 kms. Dichas declaraciones fueron rápidamente desmentidas por el gobierno nicaragüense, aseverando que no podía anunciarse la ruta sin los estudios previos.

En Centroamérica, no sólo Nicaragua busca explotar su atractiva posición geográfica. Guatemala anunció que en abril del 2014 comenzará la construcción de un canal seco en el que empresarios locales pretenden invertir 12,000 millones de dólares, para competir con el transporte de mercancías y arrebatarle clientes al canal panameño.

El proyecto guatemalteco contempla la construcción de dos puertos, uno en el Pacífico y otro en el Atlántico, además de un puente terrestre, autopista para camiones de carga, dos vías de ferrocarril, cuatro oleoductos, red de fibra óptica de alta capacidad y un sistema de producción y distribución de energía eléctrica.

¿Será posible para las economías de la pequeña región centroamericana competir con este tipo de megaproyectos y alcanzar el añorado crecimiento económico que se plantean? ¿Qué tan alto será el costo a nivel de destrucción ambiental?

Según Alberto Alemán, ex director del Canal de Panamá, transportar productos a través de Guatemala o Nicaragua sería más caro que a través de Panamá. En el caso de Guatemala, la mercancía tendría que bajarse y subirse de los barcos para luego cruzarse por todo el país. Esa operación de por sí implica gastos e incluso riesgos.

En ninguno de estos casos se prioriza la preservación natural de las zonas afectadas por las mega construcciones. Los proyectos destacan cifras operativas, inversión monetaria, creación de fuentes de empleo directo e indirecto. Pero nadie da a conocer la cantidad de bosque que será destruido, la cantidad de especies animales y vegetales que se verán diezmadas, la tensión hídrica que se generará ni las consecuencias a largo plazo que esto podrá generar en cuanto a la vulnerabilidad climática. Al carecer de esta información, tampoco se han establecido formas de construcción, rutas o alternativas que permitan reducir al mínimo la afectación ambiental. Pareciera que la idea del progreso económico siempre está reñida con la de preservar los recursos naturales.

La región centroamericana parece estar vendiendo su alma al diablo en pos de la quimera del crecimiento económico rápido, garantizado y de largo alcance. Pero no debería olvidar que es necesario encontrar un equilibrio entre la inversión y la sostenibilidad, y que quizás considerar estrategias regionales sea mucho más efectivo que emprender esfuerzos aislados.

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Jacinta Escudos Twitter: @jacintarioJacinta

Writer, columnist and blogger from El Salvador. With 8 published books and an op-ed column on the Sunday magazine of the country’s main newspaper, La Prensa Gráfica. I'm interested in literature, culture, the rescue of historical memory and how these can be used to transform reality, construct a better society and improve individual lives.